martes, 28 de octubre de 2008

Mi primer día en Canadá
Unas vacaciones inolvidables


Todo comenzó una mañana de de verano, el sol aún no estaba en cúspide y todo parecía tranquilo, había mucha gente y mucho ruido lo normal en esta ciudad tan grande a comparación de la de donde vengo (Barrancabermeja). Me encontraba sentado en una silla al lado de la ventana, impaciente, con algo de nervios y ansioso por querer ya estar en ese inquietante país cuando de repente sin dar cuenta el avión empezó a despegar desde el aeropuerto internacional El Dorado en Bogotá hacia La ciudad de Edmonton, Alberta, recuerdo que fueron más de 12 horas viajando, pero lo que más rabia me dio fue que me quedé dormido del cansancio que tenía del viaje en medio del viaje, hasta que por fin llegué a ese país; mi tía Susana que estaba a mi lado me despertó con una sonrisa indicándome que estábamos en tierra firma, emocionado, no esperé que la azafata diera la orden de salir cuando ya estaba en la puerta esperando que abrieran, eso sí, pasé un oso como dicen nosotros los colombianos porque todo el mundo me quedó mirando, cuando salí y vi el cielo pensé que era mentira por lo que estaba pasando, me fijé a mí alrededor y enfrente mío estaba un gran letrero en letras en negro y rojo “ WELCOMO TO EDMONTON INTERNACIONAL AIRPORT” en negro y en francés estaba en rojo, “BIEN AVENTURE A L’AÉROPORT INTERNATIONAL D’EDMONTON” y sentía como la brisa fría me abrazaba y me daba la bienvenida.

Después de todo me sentía muy bien pues había logrado una gran meta, poder estar aquí, (fue uno de mis pensamientos) cuando salía de ese lugar… había muchos taxis esperando a fuera y me sentía algo triste porque había dejado mi familia atrás; pero de manera sorprendente se acerca una misteriosa señora que por cierto pensé que era una ladrona cuando… me sentía abrazado como cuando una niña abraza un oso de felfa que adora con todo el alma, quise gritar, llamar a mi tía, pegarle y correr, me sentí desesperado y mi mente decía “ ¡Policía! ¡Policía! Esta vieja está loca ¡Auxilio! ¡Auxilio me está secuestrando! ”, Pero mi vos no salía, estaba como si estuviera entubada en mi garganta, mis cuerdas vocales no… mi cuerpo no aguantaban y ¡fúsf! Me desmallé; cuando abrí los ojos estaba mi tía muerta de la risa con mi otra tía canadiense que no conocía desde hace mucho tiempo, pero ella sí, como si fuera ayer… y con un gran susto a pleno fulgor pasé mi primer día de vacaciones, vacaciones que nunca olvidaré. Ah! Ese día no pararon de reír de mí y mi tía con su una sonrisa encantadora nunca se me borrará de mi mente.

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